domingo, 24 de noviembre de 2024

EL CEMENTERIO DE LOS INGLESES DE DENIA

Denia es una ciudad costera alicantina, y capital de la comarca de la Marina Alta, famosa por sus playas, convirtiéndose en un lugar que recibe mucho turismo, especialmente en la temporada estival.


Y, aunque el principal atractivo turístico de esta localidad son sus playas, en esta ocasión vamos a poner el foco en un lugar atrapado entre la maleza a merced del tiempo: El cementerio de los ingleses.



Ubicado junto a la playa de Marineta Cassiana, a mediados del siglo XIX se inauguró este cementerio. En esta época, el comercio de la uva pasa estaba con Inglaterra estaba en auga, lo que hizo que muchos británicos dedicados al comercio se asentasen en Denia formando una pequeña colonia. No obstante, era una época de epidemias, como el cólera, con una corta esperanza de vida, sumado a los temporales marítimos, por lo que muchos fallecían allí sin poder regresar a su país. Debido a sus diferencias religiosas, estos británicos no podían ser enterrados en cementerios católicos, por lo que se construyó uno para ellos. Este cementerio estuvo funcionando hasta inicios del siglo XX cuando ya no quedaron ingleses en Denia, por lo que dejó de ser funcional.

Entre las distintas tumbas destaca la del pequeño Reginald Rankin, fallecido con sólo un año de edad y en cuyo homenaje se levantó un monolito en el centro del cementerio datado de 1865. En este monolito hay un texto del poeta John Dos Passos que dice “How fine to die in Denia (Qué bueno morir en Denia)”.


Actualmente, no hay cuerpos enterrados allí pues todos fueron trasladados por sus familiares a Gran Bretaña, quienes temían que aquellas tumbas fuesen profanadas, y las lápidas, auténticas obras de arte, se abandonaron estando ahora ocultas entre la maleza que salvajemente se ha apoderado de aquel lugar. Aunque las historias y rumores no han abandonado el lugar pues hay quien asegura que aún pueden verse los espíritus de quienes allí fueron enterrados paseando entre las abandonadas y deterioradas lápidas.

Además, cerca de allí tuvo lugar en 1799 un naufragio sufrido por la fragata española “Guadalupe”, que se encontraba huyendo de varios buques ingleses en medio de un temporal quedando encallada en unas rocas cerca de la costa y que terminó con 40 desaparecidos y 107 fallecidos, que fueron enterrados en la costa. Según las leyendas, todavía puede escucharse el lamento de los marineros fallecidos. Incluso se rumorea que durante las noches de luna llena se puede ver unas siluetas vestidas con ropa de marinero de otra época, como si estuviesen esperando a un barco en el que subirse.

De esta forma, el cementerio de los ingleses y la costa en la que se ubica se ha convertido en un lugar con cierto atractivo para quienes buscan entrar en contacto con el mundo paranormal o, simplemente, para quienes quieren ser testigos de los ecos del pasado.

domingo, 10 de noviembre de 2024

EL CEMENTERIO DE SAN JOSÉ DE CÁDIZ

En Cádiz se encontraba el cementerio de San José, un camposanto construido en el siglo XIX hasta  que fue cerrado en 2001 y los cuerpos trasladados al cementerio de Chiclana.


Este cementerio es conocido por los fenómenos paranormales que han ocurrido entre sus lápidas de los que distintos empleados han sido testigos.

Uno de ellos, Alfonso Cozar, vigilante del cementerio durante muchos años, afirma haber sido testigo de varios sucesos:

En una ocasión, tras el cierre del cementerio, el  vigilante se encontraba en la caseta del guarda viendo la tele cuando, al alzar la vista, vio a un joven con camisa de marinero y vaqueros haciendo gestos. El guardia, pensando que era alguien que se había quedado encerrado en el cementerio y que le hacía señas para que le abriese la puerta, se acercó a él. En ese momento, el joven se desvaneció justo enfrente de una tumba donde había una foto de un muchacho idéntico a esa entidad.

En otra ocasión, a este guardia una fuerza invisible le golpeó en la espalda haciéndole caer. Pensaba que alguien le había agredido, pero allí no había nadie a quien pudiese ver. Además, algunos objetos de la caseta del guarda comenzaron a moverse solos, como si a alguna entidad del cementerio le molestase su presencia allí.

Alfonso también asegura que en una ocasión escuchó una  voz en susurros que le llamaba, y reconoció la voz de un primo suyo que había fallecido y que estaba allí enterrado. El guardia fue a la tumba de su primo y descubrió que, una escalera que había estado buscando todo el día, se encontraba a pies del nicho de su primo.

La última experiencia que este vigilante cuenta es que en el cementerio existe una capilla adornada con un gran Cristo crucificado. Alfonso asegura que en alguna ocasión ha visto llorar a ese Cristo así como ver manar sangre de la hendidura del costado.

Otra conocida aparición es la de Don Rosendo, un conocido hombre al que le gustaba ayudar a sus vecinos y que falleció el 19 de julio de 1879. Según cuentan distintos testigos, tanto empleados como visitantes del cementerio, han podido ver una figura con ropa de época paseando por los distintos pasillos del cementerio. Todos coinciden en que se trataría de Don Rosendo que, cada día, sale a pasear como si no fuese consciente de su fallecimiento.

Actualmente, el cementerio está cerrado pues dejó de funcionar activamente a partir de 1992 y sus puertas se cerraron en el año 2001. La mayoría de los cuerpos han sido trasladados al cementerio de la Mancomunada de Chiclana, pues en su lugar se proyectó la construcción de un parque que se espera esté terminado para el próximo año 2025.


En cuanto a las ánimas que vagaban por el cementerio, se desconoce si se trasladarán junto a sus cuerpos o si se quedarán en el lugar donde originalmente fueron sepultados.