jueves, 20 de mayo de 2021

EL PARADOR DE OLITE

Olite es una ciudad de la Comunidad Foral de Navarra que tuvo un importante auge durante la Baja Edad Media al ser elegida como una de las sedes favoritas de los Reyes de Navarra entre los siglos XIII y XIV. Además, a finales del siglo XIV e inicios del XV comenzó la construcción del Palacio Real por orden del rey Carlos III “el Noble” y su esposa Leonor de Trastámara.


Tras la conquista de Navarra a principios del siglo XVI por el reino de Castilla, el palacio fue abandonado a merced del paso del tiempo. Su deterioro aumentó tras durante la Guerra de Independencia tras un incendio provocado para evitar que las tropas francesas se fortificasen allí. Tras décadas siendo  olvidado, durante el siglo XX comenzó su restauración, sirviendo actualmente como Parador.

Poco a poco, el lugar comienza a conseguir fama y cada vez más turistas empiezan a alojarse entre sus muros.



Pero parece haber algo más recorriendo los pasillos del que fuese un importante palacio. Son varios los testigos que han podido escuchar ruidos y pisadas por el pasillo a altas horas de la noche, a pesar de no haber nadie cruzándolo, extraños gemidos e incluso lo que describen como una extraña música. Al parecer, durante la época de Carlos III, se tocaba música usando como instrumento láminas de cobre de diferentes tamaños y grosores que se sujetaban del techo con cadenas finas y que vibraban con el viento.

Algunos aseguran que al regresar a sus habitaciones algunos muebles se habían desplazado a pesar de ser pesados, o que incluso han podido ver con sus propios ojos cómo alguna puerta se abría o cerraba sola.

Atraídos por estos testimonios, diferentes seguidores del mundo paranormal han realizado sesiones de espiritismo o psicofonías. Como resultado, descubrieron que son varios los fantasmas que merodean por el edificio, destacando el del rey Carlos III, no sólo por su importancia como figura histórica, sino por ser el más activo. Pero también destaca la figura de su mujer Leonor, como una dama blanca que pasea por delante de las ventanas. Y a ellos se une el fantasma de su nieto, Carlos I de Viana, quien impide que se apague la luz que ilumina un cuadro suyo que se encuentra en el salón del Parador. Referido a esto, hay quien asegura que aunque se vaya la luz en el monumental edificio, la luz junto al cuadro siempre estará encendida.

Por lo general, los huéspedes y empleados definen a estos entes como “tranquilos” pues aunque se puede sentir su presencia, no planean asustar a los allí presentes.

Estas presencias aparecen recogidas en el libro “Leyendas de Paradores” escrito por el periodista Felipe Alonso.



Es por ello el Parador de Olite un lugar bonito en el que alojarse, especialmente para quien tenga interés por los fantasmas y las leyendas.


viernes, 14 de mayo de 2021

LA MALDICIÓN DE MARMELLAR

 En la provincia de Tarragona, junto a las montañas de Monstserrat, se encuentra la localidad de Marmellar.


Es este un pueblo que, aunque próspero en su origen durante el siglo XI, durante el siglo XIX comenzó su decadencia al perder gran parte de su población debido a la desamortización que se produjo en la comarca. Esta pérdida de población, haciendo mella durante la Guerra Civil, hizo que no resultase un lugar seguro donde vivir, quedando abandonado.

 


Sus edificios, rebosantes de vida, quedaron abandonados a merced del tiempo y del vandalismo, siendo posible contemplar algunos de sus restos.

 

Desde entonces, quizás por su ubicación retirada de miradas y rodeada de naturaleza, grupos de personas empezaron a realizar rituales satánicos en los edificios abandonados, especialmente en el cementerio.

 

Pero fue un terrible suceso el que hizo que la gente comenzase a hablar de Marmellar como de un pueblo maldito.

 

Durante la noche de San Juan de 1993, una joven que acudió a Marmellar en circunstancias desconocidas, fue violada y quemada viva, siendo su cuerpo abandonado en uno de los nichos vacíos del cementerio. Algunos días después, el cuerpo fue encontrado por unos jóvenes. Cuando la policía acudió al lugar, encontró en la zona del crimen diversos símbolos satánicos. Por muchos es conocido que la noche de San Juan se considera una de las noches mágicas del año, por lo que se especuló que se tratase de algún tipo de ritual satánico, lo que explicaría las pintadas y que se calcinase el cadáver. Lo más injusto es que el cuerpo no fue identificado, pues le habían cortado los dedos y arrancado los dientes, ni nade fue detenido ni juzgado por ello.

 


Pero este no fue el único crimen que tuvo lugar en Marmellar, pues la noche de San Valentín de 1996, una joven fue secuestrada en una gasolinera próxima, siendo su cadáver encontrado entre las ruinas de Marmellar. Aunque en esta ocasión la joven sí fue identificada, tampoco se encontró a los responsables del crimen.

 

Y algunos testigos hablan de un último y extraño suceso, pues el cuerpo de una anciana que fue enterrada en el cementerio desapareció al día siguiente sin que nadie pudiese encontrar una explicación.


Es a partir de este momento que los amantes de lo paranormal ponen su mirada en Marmellar, acudiendo para realizar psicofonías en las que se han podido escuchar extraños mensajes y lamentos. Muchos de los que han acudido han sentido una extraña energía envolviendo el lugar, así como la sensación de ser observado. En ocasiones, los objetos eléctricos, tales como los teléfonos móviles o las linternas, dejan de funcionar. Además, hay quien asegura haber visto la imagen blanquecina de una mujer, aunque se desconoce de quién se puede tratar. También hay quienes testifican haber visto extrañas sombras moviéndose cerca del campanario de la iglesia que han comparado con demonios.



Estos sucesos fueron recogidos por José Reche en el libro “La soledad inquietante”.


Marmellar es sin duda un lugar inquietante que alberga la tragedia entre sus derruidos muros.