En la sierra de Guadarrama se instaló un hospital lujoso para tratar a militares españoles con afecciones respiratorias. Aunque recibió el nombre del sanatorio militar de Los Molinos, fue popularmente conocido como “Sanatorio de la Marina”.
El enclave es ideal para situar este hospital ya que la pureza del aire de la zona favorecía la pronta recuperación de quienes allí eran ingresados. Con el paso del tiempo, el centro se especializó en neumología, siendo la enfermedad respiratoria más corriente de quienes allí ingresaban.
Desgraciadamente,
las instalaciones se quedaron obsoletas hasta que en el año 2001 el Ministerio
de Defensa cerró las puertas del sanatorio. A pesar de haber existido distintos
proyectos para trasformar el edificio, se ha convertido en un lugar abandonado.
A partir de este
momento, el lugar despierta el interés de muchos curiosos decididos a explorar
las silenciosas y oscuras entrañas del edificio. Quien recorre sus pasillos
puede ver los restos del antiguo sanatorio: camillas abandonadas y destrozadas,
archivadores llenos de documentación de los pacientes que allí hubo
hospitalizados, material médico completamente deteriorado o batas raídas
colgadas de percheros oxidados.
A raíz de estas
incursiones, comienzan a surgir rumores que hablan de ruidos inexplicables,
siendo el más común el sonido de un grupo de personas corriendo escaleras
abajo. Hay quien asegura sentir pisadas a sus espaldas que parecen ser algo más
que el eco de los propios pasos, pues van acompañadas de frío, la sensación de
ser vigilado e incluso de respiraciones. Es común que las puertas se cierren de
golpe, a pesar de no haber corriente en ese momento, o que las mismas se abran
con crujidos siniestros. Algunos testigos cuentan haber escuchado el sonido de
una cerradura abriéndose o cerrándose con llave, o simplemente el sonido de
unas llaves entrechocando. Es también posible escuchar murmullos en estancias
que resultaban estar vacías.
Desde el
exterior se han podido ver extrañas luces desplazándose por el interior que no
parecían corresponder a la luz emitida por una linterna o un móvil.
Algunos se han
atrevido a realizar psicofonías y, aunque en la mayoría de los casos no parecen
haber tenido resultado, algunas grabaciones han mostrado extrañas voces,
murmullos o ruidos de procedencia desconocida.
De este modo, el sanatorio de Los Molinos se ha convertido en un punto de interés para los amantes de lo paranormal.