jueves, 23 de diciembre de 2021

JÓLAKÖTTURINN

El Jólakötturinn o gato Yule es un gato enorme y malvado del folklore islandés. Según cuentan, este felino vaga durante la época navideña comiéndose a la gente que no ha recibido nuevas ropas que vestir antes de Nochebuena.


 Este gato se dice que es mascota de la gigante Grýla, otro personaje del folklore islandés.


El temor por este gato fue bastante extendido por el país. Por ese motivo, los granjeros de la zona se aprovechaban del miedo de sus trabajadores para exigirles más trabajo ya que, si no cumplían las horas exigidas, no les darían ropas nuevas por lo que Jólakötturinn se los comería.


Tal es la importancia de esta criatura que el poeta Jóhannes úr Kötlum reflejó esta leyenda en su poema Jólakötturinn:

Ya conocen al gato de Navidad, – es un gato muy grande. – No sabemos de dónde viene – ni adónde va. – Abre los ojos de par en par, – los dos brillan. – No es cosa de cobardes – mirar en esos ojos – El pelo como escarpias, – el gran lomo arqueado, – las garras en la pata peluda, – nada de esto es agradable de ver. – Por eso las mujeres se apresuran – a hilar, tejer y coser – bonitos trajes de colores – o aunque sea, un miserable calcetín. – El gato no vendrá, – no se llevará a los niños, – siempre que los adultos – les hayan regalado una prenda nueva.

 


Así mismo, l
a cantante Bjork también le dedicó un tema en 1987 basado en este mismo poema.

https://www.youtube.com/watch?v=a4xG6hQWsno

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Actualmente, durante la Navidad se decoran las calles de Islandia con estatuas de gatos con luces mostrando que esta leyenda sigue vigente hoy día, aunque quizás realmente el auténtico Jólakötturinn siga por allí, camuflándose entre la oscuridad para llevar a cabo su macabra misión.




miércoles, 8 de diciembre de 2021

LA ESCUELA REGIONAL DE TEATRO Y DANZA DE OLIVENZA

En la localidad de Olivenza (Badajoz), se encontraba hasta el año 2008, cuando fue trasladada a Cáceres, la reconocida Escuela Regional de Teatro y Danza. Este lugar que hasta hace realmente poco ha sido lugar de estudio y trabajo artístico de numerosos aficionados a las artes escénicas, fue inicialmente un convento fundado en el siglo XVI.


Leonor Velha, una dama de la alta burguesía, decidió construir un convento para la orden de las Hermanas Clarisas. Tras ellas, ocuparon el religioso edificio un grupo de monjes hospitalarios de la Orden de San Juan de Dios, por lo que el convento se transformó en un Hospital Militar. Durante años fueron numerosos los soldados que fallecieron dentro de aquellos muros, bien por las serias heridas producidas durante distintas contiendas, bien por la dureza con la que las enfermedades les atacaba.

Por si aquellos cruelmente fallecidos no fuesen suficientes, el edificio se convirtió en cuartel durante la Guerra Civil y, día tras día, morían muchas personas fusiladas.

A finales del siglo XX el antiguo convento fue restaurado para albergar la Escuela de Teatro y Danza donde, no sólo se impartían clases, si no que también se realizaban numerosas actuaciones.


Durante estas obras de rehabilitación gran cantidad de cadáveres de distintas épocas fueron encontrados, bien enterrados, bien emparedados, estos últimos probablemente fruto de los fusilamientos durante la Guerra Civil. El hecho de que estos cuerpos saliesen a la luz supuso el inicio de la pesadilla.

Durante años han sido numerosos alumnos y algún que otro docente testigos de fenómenos inexplicables: el reloj de una de las aulas de ensayo siempre se detenía cuando llegaba a una determinada hora, sombras humanoides que recorrían los pasillos, voces, pisadas, caricias, ráfagas de viento a pesar de no haber ninguna ventana abierta, o el sonido de un órgano inexistente.

Una administrativa de la Escuela asegura haberse asomado al pasillo en más de una ocasión al ver una silueta pasar, encontrando el corredor vacío, o abrir la puerta porque alguien había llamado y que no hubiese nadie al otro lado al abrir.

Una profesora cuenta que durante la preparación de una obra de teatro puso escuchar el sonido de un piano en una sala que estaba completamente vacía.

Otra profesora asegura que cada vez que acudía allí para dar clase se sentía cansada, como si algo o alguien absorbiese su energía, llegando incluso a perder peso.

Investigadores han podido vislumbrar en sus grabaciones a personas con camisones de hospital y vendas en la cabeza. Y en las distintas psicofonías grabadas se han podido captar quejidos y gritos.

Tras haber sido trasladada la Escuela de Teatro y Danza a Cáceres, se desconoce el destino del convento. Pero sea cual sea, seguirá siendo un lugar en el que el mundo paranormal seguirá deambulando.