Ubicada en la Meseta de Utiel-Requena (Valencia), La Cornudilla fue uno de los muchos núcleos poblacionales surgidos a finales del siglo XVIII e inicios del XIX. No obstante, lo que surgió como forma de poblar las zonas agrarias del país, hoy día se encuentra totalmente abandonado. Aunque muchos sostienen que el motivo fue el aislamiento de la población o un mal suministro de agua, hay quien opina que detrás de todos estos motivos se oculta uno mucho más temido que aconteció sobre 1950.
Según los pocos habitantes que quedaban en aquella aldea, al ponerse el sol comenzaban a ocurrir cosas verdaderamente extrañas. Según distintos testimonios, mientras la gente dormía, algunos rincones de las casas se llenaban de murmullos, susurros o lamentos, pero nadie parecía saber qué o quién originaba aquellas “conversaciones”. Inicialmente, cuando los vecinos acudían a la fuente del sonido, esta se detenía. Pero, poco a poco, como si la constante atención de los lugareños alimentase dichas voces, estas se volvieron más y más constantes. Pero no eran sólo los vecinos quienes escuchaban tales voces, pues los animales se inquietaban e incluso los perros llegaban a ladrar a puntos fijos en las casas en los que, aparentemente, no había nadie.
Entre las distintas
opiniones que surgieron, la que más fuerza cobró era que el pueblo estaba lleno
de duendes que dormían de día y vivían de noche. Esta teoría tuvo mayor apoyo
pues las voces se terminaron convirtiendo en objetos que se movían solos o que
desaparecían de una habitación para aparecer en otra totalmente distinta. Todo
esto hizo que muchos habitantes de La Cornudilla abandonasen el lugar cansados
de aquella interminable situación.
No obstante, lo que
verdaderamente supuso un antes y un después para los habitantes de La
Cornudilla fueron los sucesos que tuvieron lugar en la llamada “Casa de los
Ruidos”, pues allí la actividad era mucho más intensa que en cualquier otro
lugar de la aldea. Muchos decían escuchar gritos acompañados de fuertes golpes
que parecían producidos por unas cadenas en los pozos del exterior de la casa.
Además, en el interior de la casa, los objetos desaparecían con mayor
frecuencia que en otras casas, e incluso el propio mobiliario era arrojado
contra las paredes. Y, por si no fuese suficiente, los animales evitaban
acercarse a la casa, volviéndose agresivos si se les obligaba a hacerlo.
Distintos grupos de investigación paranormal como Cuarto Milenio o GrupoZero han realizado distintas investigaciones obteniendo descensos de nivel en el medidor de ondas electromagnéticas en dicha casa, aunque sin sacar nada en claro. Por este motivo, hoy en día sigue siendo un auténtico misterio lo que en La Cornudilla ocurre.
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