viernes, 11 de marzo de 2022

COMPLEJO UNIVERSITARIO DE LA MISERICORDIA

En Valencia se construyó el Hospicio de Pobres de Nuestra Señora de la Misericordia, lugar al que muchos sintecho acudían para obtener cobijo y alimento. Hoy día, el edificio alberga la sede valenciana de la UNED.



En este lugar, los docentes y el alumnado comparten aulas y pasillos con entes del Más Allá. Y las constantes evasivas del profesorado o de los empleados de limpieza no hacen más que avivar la curiosidad y los rumores por los fenómenos paranormales que allí suceden.

Al parecer, la situación dio un vuelco cuando en el año 2009 cuando un vigilante del centro, conocedor de los rumores que ya existían, vivió en su propia piel una experiencia que difícilmente podría olvidar. El hombre estaba en su puesto de trabajo cuando notó que había perdido las llaves del coche y, por más que las buscó, estas no aparecieron por lo que llamó a su esposa para que le acercase las de repuesto. Al parecer, cuando la mujer llegaba a la entrada del edificio pudo ver desde una de las ventanas del tercer piso a un niño saludando con la mano. Aquello no tenía sentido, pues se trataba de un recinto universitario al que no acudían niños y menos aún a aquellas horas de la noche. Este testimonio dio inicio a una cadena de confesiones de personas que se atrevieron a contar las vivencias inexplicables que allí habían sufrido.

Dos empleadas de la limpieza aseguraron haber escuchado el llanto de un niño, aunque por más que buscaron no lograron encontrar la fuente de aquel inconsolable llanto. Este testimonio coincidía con el anterior al haber más signos de la presencia de, al menos, un menor vagando por los pasillos del antiguo Hospicio.

Otro empleado de la Universidad cuenta que una noche escuchó un fuerte estruendo en un aula, pero al acudir al lugar no vio nada extraño y no pudo saber qué lo había provocado, aunque sí sintió el ambiente bastante enrarecido.

La aparición de todos estos rumores llevaron a investigar el pasado del edificio revelando que no sólo había sido un Hospicio, sino también había sido un internado. Al parecer, un niño cayó accidentalmente por una ventana, falleciendo al golpearse la cabeza contra una barandilla de hierro. Pero este no fue el único niño fallecido, ya que al parecer otro interno se ahogó en una piscina al meterse en ella de noche y sin vigilancia. Otro niño también falleció al precipitarse desde el quinto piso por hacer imprudentemente el pino en la baranda de la escalera. Finalmente, un par de niños que se escaparon murieron al ser atropellados por un tren cuando cruzaban las vías que estaban situadas detrás del edificio.

Tras tales trágicas muertes, el alma de aquellos niños quedaron atrapadas, condenadas a vagar sin descanso entre los pasillos del que fuese su orfanato.



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