En la plaza del Cardenal
Salazar de Córdoba se encuentra la Facultad de Filosofía, un lugar donde
cientos de estudiantes pasan las horas entre apuntes y seres procedentes de
otro plano.
El edificio cumplió su función como hospital hasta finales del siglo XX, habiendo sufrido a lo largo de los años alguna reforma para mejorar su estado. No obstante, en 1971 pasó a manos de la universidad de Sevilla para ser un colegio universitario y, posteriormente, se encargó del edificio de joven universidad de Córdoba ubicando allí la facultad de Filosofía.
Pero el oscuro pasado no abandonó el edificio pues en algunas aulas es posible contemplar los raíles que usaban para llevar las camillas hasta la morgue. Además, en algunas ventanas hay marcas realizadas por los pacientes que en el viejo hospital fueron ingresados.
Y, más allá de los elementos físicos, diferentes testimonios repiten los mismos sucesos: ruidos extraños, voces, golpes, puertas que se abren o se cierran, luces que se encienden o apagan solas, objetos que cambian de lugar o sombras.
Quienes más veces han sido testigo de estos sucesos han sido los guardias de seguridad, motivo por el que ninguna ha querido seguir vigilando el edificio de noche y pro el que la única vigilancia se realiza mediante cámaras. Uno de estos guardias explica que una noche escuchó una campanilla que sonaba al final de un pasillo, sonido que le extrañó. Al buscar su origen pudo ver una extraña luz que lentamente adoptó la forma de una mujer con hábito de monja que entró en un aula vacía. Aquella visión dejó al guarda de seguridad petrificado.
Otro guardia de seguridad asegura que durante una guardia notó un descenso brusco de la temperatura y que al final del pasillo en el que se encontraba vio a un hombre que caminaba con dificultad vistiendo lo que parecía ser un pijama. Lo más horrible fue que aquella aparición tenía media cara desfigurada. Cuando los incrédulos ojos del guarda habían conseguido asimilar qué era aquello, la figura se desvaneció.
Un tercer guarda cuenta que haciendo la ronda con un perro, el animal se detuvo al llegar a los pies de unas escaleras negándose a continuar como si algo le asustase.
También han sido importantes testigos de tales sucesos los empleados de la limpieza. Una mujer asegura haber visto a un niño con ropa de otra época correr por uno de los pasillos o escuchar toses en un aula vacía. Además, es bastante común que las luces se enciendan o apaguen solas de forma caprichosa, como si hubiese algún problema en el circuito eléctrico.
Tal ha sido la
importancia que los fenómenos paranormales de esta facultad han alcanzado, que
el escritor Francisco José Bermúdez reflejó en el libro “Córdoba Misteriosa”,
publicado en 2010, todos estos sucesos recogidos tras una minuciosa
investigación.
Asimismo, la empresa
“Córdoba Misteriosa”, que realiza rutas turísticas en las que se cuentan
leyendas y sucesos paranormales de la ciudad, toma la Facultad de Filosofía como
uno de los puntos a mostrar a quienes se atreven a conocer los secretos que la
ciudad esconde.
Es, por ello, la Facultad de Filosofía de Córdoba un
lugar que los amantes de lo paranormal deben visitar.