El Fuerte de San Cristóbal es una fortaleza militar situada en el
monte Ezcaba, próximo a la ciudad de Pamplona, que fue construido a finales del
siglo XIX y principios del XX.
Su nombre oficial es Fuerte del rey Alfonso XII, pero es más conocido por
su otro nombre debido a que en aquel lugar había una ermita con un castillo del
siglo XIII y, posteriormente, una basílica del siglo XVI, estando ambos
edificios dedicados a San Cristóbal.
El motivo por el que se construyó el
fuerte fue como defensa del Pirineo tras la III Guerra Carlista. No obstante,
el fuerte nunca llegó a usarse con fines defensivos ya que la aparición de la
aviación militar volvió obsoleta este tipo de estructura. Por ello, se comenzó
a usar como penal militar desde 1934 hasta 1945.
Cuando finalizó la Revolución de octubre
de 1934, centenares de prisioneros fueron encerrados en este lugar, sufriendo
grandes desidias por la falta de higiene. En 1935 murieron varios presos,
desencadenándose un motín que finalizó con el traslado de los presos a otras
cárceles.
Pero, tras el inicio de la Guerra Civil,
Navarra quedó bajo el control de los sublevados, por lo que volvió a llenarse
el penal con alrededor de 2000 presos republicanos. A muchos de ellos se les
anunciaba la “puesta en libertad”, pero cuando iniciaban el descenso del monte
eran abatidos.
Durante todo ese periodo, junto a los
presos abatidos, murieron una gran cantidad de presos por desnutrición, paros
cardíacos, tuberculosis y traumatismos, siendo el verdadero motivo de esta
última causa el fusilamiento. Además, los presos sufrían maltratos, vejaciones
y palizas.
Esta situación produjo la fuga de unos
treinta presos el 22 de mayo de 1938. Durante el levantamiento que se produjo antes
de la fuga murieron algunos guardias. Momentos más tardes, se dio aviso de la
fuga y comenzó una caza contra los fugitivos que fueron abatidos o detenidos.
Tras su cierre en 1945, quedó abandonado,
situación en la que se encuentra actualmente.
Es tras su abandono cuando se
producen algunos fenómenos paranormales como extrañas presencias, pisadas o
susurros.
Por este motivo, el equipo de
investigación de “Navarra Paranormal” liderado por Sonia Isabel González, se
dirigió al Fuerte de San Cristóbal.
Allí, pudieron documentar varios sucesos paranormales. Según explican los
miembros del equipo, han realizado diferentes psicofonías pudiendo contactar
con algunos militares y presos, a veces en euskera. Uno de estos entes dijo que
no podía salir de allí, pues en el fuerte se encontraba su tumba. Además,
captaron con la cámara la silueta completa de una mujer. En otra ocasión
captaron a un hombre con ojos rojos, sentado con una pierna encogida y la otra
estirada. Cuando le preguntaron que quién era, el ente respondió ‘Diablo”.
De esta forma, el Fuerte de San Cristóbal
alberga en su interior, no sólo una trágica historia conectada con oscuros
episodios de España, si no el alma de personas que recorren sus lúgubres
pasillos incapaces de encontrar el descanso eterno.