Los amigos imaginarios son seres que algunos niños crean de forma lúdica. Es algo normal durante la infancia, e incluso durante la adolescencia y, de forma muy extraña, en adultos, que suele servir para suplir alguna carencia emocional (algún familiar, amigos, etc). A menudo, los amigos imaginarios suelen ser divertidos y amables, y no siempre tiene por qué tener apariencia humana, pues pueden ser animales o incluso criaturas fantásticas.
Pero hay indicios que podrían indicar que, en algunas ocasiones, los amigos imaginarios no son simplemente producto de la imaginación de las personas, sino entes sólo perceptibles por ellos, siendo capaces de verles, oírles e interaccionar con ellos. Por lo general, estas sospechas aparecen cuando los niños describen a personas rodeadas por un extraño haz de luz y portando ropa de otra época, incluso cuando desconocen la existencia de dicha vestimenta.
En este sentido, diferentes parapsicólogos han realizado entrevistas a niños que tenían un amigo invisible y, en más de una ocasión, la descripción del amigo invisible ha coincidido con la descripción de un familiar fallecido y, lo más llamativo, es que en muchas ocasiones los niños no llegaron a conocer a dicho familiar. En estas situaciones, estos “amigos imaginarios” actúan como protectores del niño.
Pero hay momentos en los que
los amigos imaginarios se tratan de entes oscuros cuyo propósito es el de
alimentarse de la energía vital del niño o inducirle a causar daño a sus
familiares. Es posible percibir esto ya que la actitud del niño cambia,
volviéndose retraído, mostrándose enfadado, e incluso actuando con agresividad,
y evitando hablar de su amigo imaginario. En otros casos, estos niños
desarrollan un fuerte terror a la oscuridad, siendo posible oírles hablando con
alguien por la noche, como si hubiese alguien más en el dormitorio con ellos.
Es en estos momentos cuando se debe actuar y averiguar el origen de dicho amigo
invisible.
Muchas familias han podido
grabar extraños vídeos de sus hijos hablando con sus amigos invisibles que
terminan con objetos que se caen o se desplazan solos, puertas que se abren, e
incluso captando extrañas sombras. Una pequeña recopilación de estos vídeos se
encuentra en el siguiente enlace:
Por tanto sólo queda
preguntarse si ese amigo imaginario de nuestra propia infancia, o de la de
nuestros hijos, se trataba simplemente de un ser imaginario o, por el
contrario, de algo más.