En Cádiz se encuentra el Hospital “Puerta del Mar” un amplio centro
sanitario en el que trabajadores y pacientes conviven con una extraña
aparición.
Durante años, se extendieron rumores sobre un extraño ente con aspecto
de enfermera con traje de época o incluso de monja que deambula por los
pasillos del hospital. Estos rumores llegaron a oídos de José Manuel Serrano,
escritor de los libros de “Cádiz Oculto”, quien decidió investigar y recopilar
información sobre este caso.
Al parecer, la gran mayoría de los encuentros suelen producirse durante
la tranquilidad de la noche en un pasillo cerca de los ascensores. Según
algunos médicos y enfermeros la han podido ver desplazarse en completo sigilo y
desaparecer ante sus ojos.
A este testimonio común se une el de una paciente que estaba ingresada
para someterse a una cirugía. Al parecer, la mujer escuchó un murmullo en el
pasillo, fuera de su habitación durante la noche por lo que salió para
comprobar si sucedía algo. Al abrir la puerta, se topó con una figura etérea
que parecía una enfermera aunque de otra época alejarse por el pasillo como si
buscase algo hasta desvanecerse, asustando a la paciente.
Otras personas aseguran haberse topado con esta entidad tras perderse en
los pasillos buscando la habitación de un paciente al que iban a visitar. Al
hacerlo, la misteriosa figura les señalaba con el dedo hacia una dirección que
terminaba conduciendo al a habitación deseada, por lo que consideran que no se
trataría de un espíritu maligno sino de un ente que busca ayudar a las
personas.
Algunos testigos van más allá y aseguran que esta enfermera les ha dado
palabras de ánimo antes de, o tras enfrentarse a una operación y que, tras
recibir su consuelo, la figura ha desaparecido ante sus ojos.
Tras varios intentos de intentar averiguar quién es ese ente, se cree
que su origen puede estar relacionado con un incendio que se produjo en el
sótano del hospital en abril de 1991 y que obligó a evacuar a 711 enfermos. No
obstante, esto no se ha podido comprobar ya que en dicho incendio, por fortuna,
no hubo heridos ni fallecidos, permaneciendo así este ente en el anonimato.
De esta forma, el hospital de Cádiz cuenta con un miembro etéreo
empeñado en ayudar a los demás cuando lo necesiten, como si su última voluntad
fuese esa.