jueves, 28 de marzo de 2024

LEYENDA DEL CRISTO DE LOS CUATRO CLAVOS DE ÚBEDA

Úbeda es una ciudad que, debido a su rico patrimonio, fue nombrada Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 2003.


 Cada uno de sus rincones esconde arte, misterio y leyendas. Una de esas leyendas tiene que ver con la imagen del Cristo de los Cuatro Clavos. Dicha talla, la más antigua de la ciudad, se encuentra en el altar mayor la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares y es muy llamativa al encontrarse torcida.





El motivo de la extraña postura del crucificado se debe a la siguiente leyenda:

 

Una familia dedicada a la sastrería tenía dos hijos: Paco y Miguel. Ambos hermanos se enamoraron de la misma mujer, de nombre Juana. Finalmente, fue el hermano mayor el que consiguió conquistar a la joven y casarse con ella, mientras que el hermano menor abandonó la ciudad para poder olvidarse de aquel amor imposible.


Este joven matrimonio heredó la sastrería y se dedicaron a ella día y noche ya que Paco no quiso contratar a ningún aprendiz o ayudante. Un día, Paco murió, haciéndole prometer a Juana que no volvería a casarse.


Durante el entierro apareció Miguel intentando aprovecharse de la situación para cortejar a Juana, pero ella fiel a su promesa le rechazó. No obstante, Miguel extendió falsos rumores de una relación entre ellos dos comenzaron para que la gente le diese la espalda, por lo que Juana comenzó a perder clientes teniendo que vender su propia casa para poder sobrevivir. No obstante, al buscar las escrituras de la propiedad, estas no aparecían, y todo apuntaba a que Miguel los había robado para que ella, al verse desamparada, se casase con él.


Desesperada, acudió a la Basílica para rezar ante la imagen del Cristo, de quien era devota, pidiendo entre llantos que apareciese el documento a cambio de su vida. En ese momento, el cuerpo del Cristo comenzó a moverse y, entre el cuerpo y la cruz, cayeron las escrituras de la casa, pudiendo Juana seguir con su vida. Cuando Miguel se enteró de esto, confesó todo ante un juez y huyo de Úbeda para no volver jamás.


Desde ese momento, la imagen quedó tal y como se la conoce en la actualidad.


domingo, 17 de marzo de 2024

LA LEYENDA DEL PASTOR DE CORTIJO DE LAS ÁNIMAS

Jaén es una provincia llena de bellos parajes y sierras. En una de estas sierras, en concreto en la Sierra de Las Villas, se encontraba Cortijo de las Ánimas, un pueblo que desapareció bajo las aguas del pantano del Tranco, construido entre 1929 y 1944.


Al parecer, este pintoresco pueblo era conocido por la gran cantidad de historias sobre aparecidos y leyendas que los pastores de la zona experimentaban y contaban. De ahí su peculiar nombre, pues parecía ser un hogar para las ánimas.

Entre todas estas leyendas la más famosa es la del cabrero José Requena Carmona. Un día, le pilló por sorpresa una tormenta mientras pastoreaba con su rebaño, por lo que se apresuró a regresar a su casa. No obstante, pudo escuchar unos fuertes balidos que le indicaban que una de sus cabras se había separado del rebaño. El pastor, sin pensárselo dos veces, decidió ir a buscar a la cabra y, cuando la encontró, la metió en un saco que llevaba. Conforme avanzaba por el camino de regreso, el saco se iba volviendo cada vez más pesado, quizás por el peso del agua de lluvia que la tela absorbía y el cansancio del propio hombre. En un momento dado, José decidió mirar en el interior del saco y vio algo que le heló la sangre, pues la cabra tenía los ojos rojos, y de ellos emanaba un fuego siniestro, lo que le hizo saber al pastor que no era una cabra normal sino el mismísimo Satanás en forma de macho cabrío. Cuando comprendió que lo que había rescatado no era una cabra, el Diablo se burló de él y el pastor, aterrado, lanzó el saco a un lado y corrió hasta el pueblo. Cuando llegó, parecía haber envejecido de golpe como consecuencia del miedo, pues su pelo se volvió blanco y su rostro se llenó de arrugas. Tras contar su horrible experiencia, José murió víctima del miedo.

A pesar de que el pueblo desapareció tras la construcción del pantano, no lo ha hecho la leyenda. Y aún pervive el temor entre quienes pasean por la zona de escuchar el balido de una cabra solitaria, pues todos temen encontrarse con el Diablo.


viernes, 8 de marzo de 2024

EL SANATORIO SIERRA ESPUÑA

En Murcia, en concreto en el municipio de Alhama de Murcia, se construyó en 1913 un hospital que fue inaugurado en 1935 como Sanatorio Antituberculoso de Sierra Espuña.


El edificio, que inicialmente contaba con tres plantas y un sótano, poco a poco fue ampliado según iban apareciendo nuevas necesidades, agregando a su estructura: cocheras, depósito de cadáveres, velatorios o la casa del conserje.

Con el paso del tiempo, la epidemia de tuberculosis que existía en España se redujo, por lo que aparte de sanatorio, en este hospital también se atendían a los vecinos de pueblos cercanos para tratar otros tipos de enfermedades. Finalmente, a finales de 1962, el hospital comenzó a quedar obsoleto y casi en desuso, por lo que los últimos pacientes fueron trasladados al hospital de Albacete y el sanatorio cerró sus puertas para siempre.


Pero, tras el cierre de sus puertas, inquietantes historias comenzaron a circular de boca de algunos pacientes o de sus familiares, que fueron recogidas por diferentes medios como el medio “Salto al Día”. Al parecer, debido a la necesidad de desocupar camas debido a la gran cantidad de pacientes, aquellos enfermos que tenían más dificultades para curarse de su enfermedad eran enterrados vivos en el cementerio que había junto al complejo esperando a que muriesen, pudiéndose oír sus gritos de desesperación dentro de los ataúdes.

Otro inquietante testimonio es el de un guardia que, mientras trabajaba rondando de noche por los pasillos del sanatorio, escuchó una voz femenina que le llamaba y, al girarse, pudo notar cómo la temperatura descendía y logró ver una figura femenina que se desvanecía ante sus ojos.

Años después del cierre del hospital, el edificio se convirtió en un colegio para alumnos sin recursos, y posteriormente se usó como albergue juvenil hasta que, en 1995, cerró definitivamente sus puertas. De esta época, muchos cuentan que se sentían muy incómodos al estar junto a los restos hospitalarios y que, quizás llevados por la sugestión, o quizás no, la estancia allí no fue fácil.

Pero cuando el hospital cerró sus puertas, las extrañas historias no cesaron ya que, a pesar de no haber entre sus muros pacientes ni personal sanitario, parece ser que el edificio no quedó completamente vacío. Muchos curiosos atraídos por este edificio han podido ser testigos de cómo algunas puertas se cierran y abren solas, de escuchar extraños sonidos de procedencia desconocida o la sensación de sentirse observados, acompañado de cambios en la temperatura.

Tal ha sido la importancia que este edificio ha adquirido, que distintos programas dedicados al mundo paranormal han puesto el foco en estos extraños sucesos.

Actualmente, el recinto se encuentra vallado para evitar que los curiosos entren y puedan sufrir algún accidente, aunque esto no impide que quienes buscan investigar el lugar no se cuelen, deseosos de ser testigos de algún fenómeno paranormal como recogen muchos vídeos que se pueden ver en distintas redes sociales, convirtiendo al Sanatorio Sierra Espuña en un lugar realmente interesante y aterrador.