En el municipio de Macharaviaya (Málaga) se encuentra la Cripta de los
Gálvez. Un panteón familiar construido en 1785, situado bajo la iglesia de San
Jacinto. Esta familia ilustre, procedente de Córdoba, se instaló en el siglo XV
en el pueblo de Macharaviaya, convirtiéndose en mecenas del lugar.
A principios de los años 90, comenzaron
las obras de restauración de la cripta para mejorar su aspecto de cara a los
turistas que acuden a visitar tan emblemático lugar. Una tarde, cuando se
acercaba el anochecer, un par de obreros sevillanos que trabajaban en las
obras, aseguran haber visto varias siluetas caminando por la zona del altar de
la cripta hasta desaparecer atravesando el muro. Tras ese suceso, los dos
obreros regresaron a Sevilla prometiéndose no volver a pisar aquella cripta.
El origen de estas apariciones surgió en
el siglo XIX a raíz de una promesa incumplida por los habitantes del pueblo. Al
parecer, cuando la familia Gálvez llego a Macharaviaya, pidió a los ciudadanos
que, a cambio de aportar dinero a la población, estos debían realizar misas
tras su fallecimiento en la cripta el día después de la festividad de Todos los
Santos y todos los viernes del año, pidiendo por las almas de quienes allí se
encontraban sepultados. No obstante, con el paso de los años, las nuevas generaciones
fueron olvidando aquella promesa, hasta incumplirla por completo. Esa promesa
rota habría hecho que las almas de los Gálvez comenzasen a vagar por la cripta.
Tratando de averiguar la veracidad de los
hechos, un grupo de parapsicólogos acudió a la cripta, donde realizó una sesión
de espiritismo, pudiendo contactar con un espíritu que aseguraba estar sepultado
en uno de los nichos de la cripta, pidiéndoles que se marchasen. Los
parapsicólogos se negaron a dejar el mausoleo y, a modo de respuesta, todas las
luces del lugar se apagaron de golpe. Además, se realizaron algunas psicofonías
en las que se captaron voces hablando en castellano antiguo.
Otro suceso interesante está relacionado
con el de la lápida de una joven que, al parecer, murió en 1920, con tan solo
21 años, en esa misma cripta durante su boda. Son muchos los testigos que
aseguran haber visto una imagen espectral llevando un vestido de novia, vagando
por los escalones del altar.
Además, existe una leyenda que cuenta que, bajo la cripta se encuentra
enterrado el tesoro de los Gálvez, siendo el lugar más probable el marcado con
la huella de una cruz rodeada por la huella de monedas. No obstante, nadie ha
tenido el valor de comprobarlo por miedo a desatar fenómenos paranormales más
potentes.
Todos estos sucesos han convertido la
cripta de los Gálvez en un lugar interesante para quienes quieren encontrarse
con el mundo paranormal.
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