El
usuario de twitter Greg publicó en su cuenta (https://twitter.com/gr3gory88)
una serie de acontecimientos que le estaban sucediendo tras haber heredado la
casa de su abuelo materno.
El
27 de julio Greg explicó que su abuelo había fallecido y que nunca llegó a
conocerle porque su madre había roto la relación con él. Pero, a pesar de no
haberle conocido, Greg recibió su casa en herencia, una casa situada en un
bosque cerca de un lago.
El
30 de octubre Greg comenzó a explicar los extraños sucesos que estaba viviendo
allí. Al parecer, intentó vender la casa sin éxito, así que decidió trasladarse
allí temporalmente. Una mañana fue al pueblo más cercano, a 25 minutos en
coche, para comprar comida y otros utensilios. Al regresar vio algo extraño en
la puerta.
Parecía
hecho a mano con madera e hilo con un par de huesos colgados dentro del
símbolo. Greg pensó que alguien le estaba gastando una broma, por lo que lo
cogió y lo arrojó a la chimenea.
A
la mañana siguiente salió al porche a desayunar cuando vio algo que colgaba de
un árbol cercano: otro símbolo como el de la tarde anterior, aunque esa vez con
una piedra en lugar de huesos.
Inmediatamente
vio otro colgando de otro árbol. Y, al llegar a ese, pudo ver otro encontrando
en total 8 símbolos colgando de árboles alrededor de la casa con diferentes
objetos atados: plumas, huesos, piedras…
Aquello
era muy extraño y Greg se sintió incómodo. Tras descolgar todos los símbolos
decidió volver a la casa y limpiar, pues con la caída de las hojas por el otoño
todo estaba bastante sucio. Entonces, a través de una ventana, vio algo entre
la maleza, por lo que fui a investigar qué era encontrándose una sudadera con
capucha.
Cerca
de la sudadera encontró más ropa y un cuaderno. Greg abrió el cuaderno
pero no había nada escrito, aunque sí algunas páginas arrancadas.
Al
cabo de algunos días, Greg salió a pasear por el bosque, cuando vio algo de
movimiento. Miró y vio a una persona con una sudadera negra y la capucha puesta
paseando entre los árboles. Greg se quedó quieto esperando que aquella persona
no se hubiese percatado de su presencia, y no se movió hasta estar seguro de
que aquella persona estaba lo suficientemente lejos. Entonces corrió hacia la
casa y cogió el teléfono para llamar a la policía pero, al no saber qué
explicación dar, decidió dejar el teléfono donde estaba. Quizás alguien sin
hogar había usado la casa como refugio mientras estaba vacía para encontrarse
con que un nuevo dueño empezaba a vivir en ella. Quizás sólo quería asustarle
para echarle de allí.
En
ese momento Greg escuchó un ruido, miró por la ventana y vio a la persona que
estaba merodeando por allí. Estaba completamente quieta mirando hacia el
horizonte como si estuviese esperando a algo o a alguien. Pero lo que realmente
llamó la atención de Greg es que no tenía ojos. Sin embargo, al cabo de un
rato, esa persona se giró y le miró. Greg se escondió con el corazón latiendo
con fuerza por el miedo y, tras cerrar con llave todas las puertas y bloquear
todas las ventanas, llamó a la policía y le explicó lo sucedido. La policía
dijo que mandarían a alguien a mirar y le pidieron que no saliese de la casa.
Greg fue a su dormitorio, bloqueó la puerta y trató de dormir, aunque se
encontraba bastante mal por lo sucedido.
A
la mañana siguiente llegó un policía, pero no encontró nada raro y la
explicación de Greg le sonó a broma, por lo que el policía le dijo que si
pasaba algo más llamase a la comisaría y se marchó dejando a Greg solo.
Cerca
de la casa de Greg había otras casas, por lo que decidió ir y preguntar a los
vecinos para ver si alguien había visto algo, pero todas estaban vacías, pues
aparentemente las usaban sólo durante el verano. Frustrado, Greg regresó a su
casa pasando cerca del lago cuando vio un pequeño barco.
Estaba
totalmente quieto en medio del agua y a Greg le dio la sensación de que le
estaban observando, pero quizás fue sólo su imaginación. Quizás sólo estaban
pescando, pero con todo lo ocurrido no sabía qué pensar.
Siguió
el camino hacia la casa y pasó por un río donde vio algo que le llamó la
atención, por lo que metió en el agua y lo cogió sólo para ver que se trataba
un ojo.
Lo
soltó con bastante asco deseando que fuese el ojo de algún animal y no el de
una persona. Greg regresó rápidamente a su casa y no volvió a salir en todo el
día. Aquello era demasiado extraño. Lo que le estaba ocurriendo no tenía
sentido y, sin embargo, tenía miedo. Greg sabía que la pesadilla acababa de
empezar.