Un halo
de misterio envuelve este lugar, al que no es posible acceder en coche,
obligando a quien decide visitar sus ruinas a caminar durante unos veinte
minutos, sintiéndose atraído por la torre de San Miguel, uno de los pocos
edificios que se ha resistido al paso del tiempo.
Pero
no es necesario llegar al pueblo para encontrar un extraño hallazgo, pues cerca
del lugar hay antiguas tumbas, según parece, de niños, excavadas en la roca,
hecho que incomoda a quien se cruza con ellas.
Alrededor
del siglo XI el Camino Real atravesaba la zona, por lo que Ochate era un lugar
bastante poblado. No obstante, siglos más tarde se creó una ruta diferente, por
lo que Ochate quedó aislada fue perdiendo su población.
Pero,
según parece, no fue este el único motivo por el que Ochate quedó abandonado.
Según el periodista Pruden Muguruza, la población fue víctima de
diferentes epidemias que asolaron por completo la localidad. En 1860 se propagó
la viruela, causando un gran número de defunciones. No obstante, el pueblo fue
repoblado, aunque en 1864 se propagó el tifus dejando el pueblo nuevamente
mermado. Por tal motivo, muchos vecinos decidieron marcharse allí, y nadie se
atrevía a ocupar la villa. Finalmente, en 1870 se produjo una epidemia de
cólera que mató a gran parte de las personas que intentaban reconstruir el
pueblo, huyendo los pocos supervivientes a otros lugares, quedando de esa forma
Ochate abandonado. Pero, lo más intrigante, es que esas tres epidemias no se
produjeron en los pueblos cercanos, por lo que rápidamente surgieron rumores en
los que se hablaba de Ochate como un pueblo maldito.
Como
consecuencia de tal abandono sólo se han mantenido la torre de San Miguel y la
algunos restos de la ermita de Burgondo.
Por
este motivo, Ochate ofrece un panorama intrigante y misterioso que ha
conseguido que multitud de personas se acerquen allí en busca de algún fenómeno
paranormal. De esta forma, se consiguieron diferentes psicofonías en la torre
de San Miguel, en algunas de las cuales no se pueden distinguir las voces del
más allá, aunque en otras se puede oír a una niña gritando “Fuera”, o a una
mujer preguntando “¿Qué hace la puerta abierta?” Además, diferentes testimonios
declaran que sienten una extraña presión en el pecho, la sensación de ser
vigilados constantemente y la necesidad de huir del lugar.
Pero,
quizás, uno de los sucesos que más intriga ha causado se produjo cuando el
investigador de lo paranormal Alberto Fernández se desplazó con unos compañeros
para realizar unas investigaciones en Ochate. Según comentan sus compañeros,
Alberto estaba realmente obsesionado con Ochate, y una noche fueron capaces de
captar psicofonías, aparte de ver sombras y siluetas fantasmales recorriendo el
pueblo. En un momento dado, Alberto se acercó al coche, encontrándolo varias
horas en el interior del vehículo muerto, pues se había suicidado. Los
compañeros Alberto cuentan que regresaron más adelante al pueblo y pudieron ver
una silueta que se parecía al difunto investigador paseando por el pueblo.
Ochate
sigue siendo uno de los lugares más misteriosos del territorio español, un
pueblo que atrae a decenas de personas, un lugar cuya torre parece vigilar todo
a su alrededor, observando a quien se atreva a conocer de cerca su maldición.